jueves, 24 de mayo de 2007

Memorias de Julián Aparicio, militar derrotado, recordando su estancia en el puerto de Alicante al final de la guerra


"Nunca habrá tenido el puerto de Alicante tanto personal cubriendo todos sus espacios, pues me quedo corto si digo que sobrepasábamos los cincuenta mil, ansiosos de ver aparecer los barcos fantasmagóricos. Los que sí llegaron fueron los componentes de las Brigadas italianas que, según Franco, nos liberaron.
En las horas tétricas que pasamos en el puerto custoriados por esas legiones de italianos tuvimos que comer lentejas cocidas con el agua del mar, sucia y llena de grasa. Hubo suicidios individuales y colectivos, de familias enteras, bien por decisión propia o porque los padres mataban a sus hijos y después se liquidaban ellos. (...)
Salimos del puerto de dos en dos con los brazos en alto sosteniendo nuestras escasas pertenencias, maletas y maletines, por encima de las cabezas. Estábamos destrozados por el hambre, la sed y los sufrimientos a que estuvimos sometidos dentro del puerto (...)
No sé cuánto duró el maratón. pero lo cierto es que llegamos de noche al campo, sin fuerzas para sostemernos de pie. (...) Estábamos a merced del vencedor y éste no concedía gracia alguna. (...)
Con el hambre que pasamos en el puerto, aquí esperábamos la comida como un maná, pero la desilusión llegó con la primera ración. (...) Estábamos a primero de abril y empezamos con las almendras de leche. Seguimos con las hojas y dejamos los árboles como si ya hubiera pasado el otoño"

Del libro recopilatorio Hoy por hoy: los años difíciles. Ed. de Carlos Elordi en Ed. Aguilar)

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