jueves, 17 de mayo de 2007

El final trágico de la guerra civil en Alicante


¿Por qué me he de marchar? ¿Por qué me he de ir? ¿Por qué me he...? El puerto está desierto, el puerto no es de nadie, el puerto ya no es de nadie, el puerto... ¿A usted qué le va ni le viene? Ya no hay ninguno. ¿Entonces, por qué he de marcharme? Usted no lo sabe. Usted... no. El puerto está vacío, sólo quedan papeles sucios, sacos, hierros retorcidos, sacos abiertos, lentejas, garbanzos. Pero todo esto queda atrás. No me importa. No cuenta, no vale. Yo estoy aquí. Ya era hora: meses y meses que no me dejaban pescar. Debe de haber muchos peces. Es necesario que los haya. En la bocana, más. Más. Usted no tiene ningún derecho a echarme. El puerto ya no es de nadie, está vacío; sólo hay papeles grasientos, papeles arrugados, cajas, residuos, latas abiertas, papeles mojados. El puerto está vacío, abierto, naufragado. ¿Eh? No. Yo he esperado meses este momento. El agua está sucia: de acuerdo. El agua no sirve para nada, para los peces. Los peces: el pescado.Antes eran pococ. Ahora deben de ser muchos. Antes eran peces, ahora es pescado. No tengo más que esta caña, pero es mía. Años esperando sentarme otra vez aquí. Ya no hay nadie. ¿Por qué no voy a poder sentarme aquí? ¿No lo ve? ¿No lo comprende? No hay nadie. ¿Me lo va a impedir usted? Ni siquiera es carabinero. No empuje. No protesto. Pero nunca había visto el puerto tan vacío. Está muerto. Pero el mar está vivo. No lo parece pero por debajo está vivo. Esto es vida. Ahora se puede pescar a gusto. Nadie. ¿Que van a llegar más barcos? No lo dudo. Pero primero habrá que quitar los hundidos. ¡Cómo deben picar cerca de esa chimenea! ¿Qué le cuesta dejarme? Ya no hay nadie en el puerto. Eso no se había visto nunca, los peces tampoco. Llevo una caña de nada, un anzuelo. Ni siquiera llevo carnada. ¿Para qué? Picarán directamente el anzuelo. No saben lo que es. Tantos años sin pescar. ¿Tampoco me deja? El sol está secando los papeles. El mar lo limpia todo. ¿Mis papeles? No tengo. El suelo, el puerto, el mar están llenos de papeles. ¿Para qué los quiero? Peces sí. Los papeles no dan de comer, el pescado sí. ¿Carnada? ¿Para qué quieren carnada? ¿Para qué quieren más? Es raro, ¿eh? Ver el puerto de Alicante desierto, solo, solo yo con mi caña y mi cubo. Y usted. No hay nadie. Se fueron todos.
(Max Aub, Campo de los Almendros)

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